viernes, 5 de septiembre de 2014

Sólo yo puedo juzgarme criticarme y aplaudirme.

Si soy una persona solitaria, no es porque yo quiera.
Se hace costumbre vivir en soledad cuando te han dado de lado tantas veces.
Que no es fácil volver a confiar cuando te han engañado.
Que no es fácil confiar en las personas cuando nunca te han dado razones para hacerlo.

A menudo me preguntan "¿qué te ha pasado? antes eras una persona alegre y ahora pareces triste, perdida." y yo sólo pienso "Si tu supieras...".

Qué fácil lo ve todo el mundo, qué sencillo creen que es y qué poca idea tienen de lo que he pasado y estoy pasando. Todos fingen entenderme, fingen sentirse afligidos por algo que ni siquiera les importa, fingen querer ayudarme cuando lo único que quieren es perderme de vista y olvidarse de mi.

Que la confianza hay que ganársela y no se va regalando así por la cara.
Que mi paciencia tiene un límite y decepción tras decepción he aprendido a valerme por mi misma.
No necesito a nadie, todos me han decepcionado, criticado y despreciado.
Que nadie tiene ni idea sobre mi y se creen estar en el derecho de meter el dedo en la llaga,
de reprocharme cómo soy y lo que hago.
Pero sólo yo conozco mi historia y sólo yo puedo juzgarme, criticarme y aplaudirme.

La triste realidad es que no quiero que me hagan más daño, que he cerrado la puerta de acceso a mi vida y si alguien quiere entrar en ella que se esfuerce por demostrarme que vale la pena.
Porque el que algo quiere, algo le cuesta y si de verdad alguien está interesado, lo hará.
No más oportunidades en vano.





jueves, 21 de agosto de 2014

Susúrrame al oído que no te irás y que si lo haces, volverás cuando te hayas ido.

El viento arrasa con todo a su paso, sopla fuerte
me dejo llevar y pienso en ti, en volver a verte
recuerdo aquellas noches de invierno en las que te tenía enfrente
noches en las que tú eras mi pasado, mi futuro y mi presente.

Llega la primavera, el buen tiempo, los pájaros cantando
pero el anhelo de tu presencia me causa desencanto
ya no me gusta el mar, el viento, las olas
solo quiero pensarte y echarte de menos, a solas.

Dicen que para el amor no hay cura
que un amor verdadero siempre dura
pero me niego a aceptarlo, es una locura.

El amor es un juego despiadado
en el que cualquiera puede ser perjudicado
poco a poco, sin siquiera notarlo y cuando te des cuenta
ya será demasiado tarde para afrontarlo.

Te necesito cerca, susurrándome al oído
que no te irás y que si lo haces,
volverás cuando te hayas ido
tu ausencia me ahoga, me asfixia, me impide respirar
sueño con volver a verte, con volverte a encontrar.

El tiempo transcurre, impasible, sin prisa
y mientras, con lágrimas en los ojos recuerdo tu sonrisa.
Recuerdo aquellos días
en los que todo lo ajeno a ti me era indiferente
ahora, al no tenerte a mi lado,
me siento perdidamente impotente.

Nadie me avisó de que podría perderte
y aún sabiendo que no volverás,
nunca dejaré de quererte.

martes, 10 de junio de 2014

Princesa de un cuento moderno.

Soy una cenicienta con los tacones llenos de barro
y el pelo enredado,
con un vaso de plástico en una mano,
el corazón roto en la otra
y mil ideas tristes en las que estar pensando.

No soy una de esas princesas que lloran por miedo a ahogarse,
que sueñan sin saber que eso las llevará al fracaso,
que besan a algún que otro sapo
que, más tarde, no recordará ni el sabor de sus labios.

No tengo corona,
sólo  una botella
y muchas heridas escondidas tras la ropa
que esconden secretos custodiados por el silencio
y narran no cuentos,
sino mi historia.

Sólo soy otra chica con las manos temblorosas,
los ojos tristes
y una sonrisa siempre en la boca.

viernes, 9 de mayo de 2014

Abrazos que nos salvan de nosotros mismos.

Un abrazo no es un simple contacto físico con alguien,
no es un simple gesto para saludar,
no es un gasto innecesario de energía.

Me cruzo de brazos ante los que todavía no saben que el abrazo no abriga;
que el abrazo sujeta,
que el abrazo impide que usemos nuestras propias manos para ahogarnos,
que el abrazo salva a uno del otro,
los aleja del 'yo' para acercarlos al 'nos'.

Me niego al beso que no acaba en abrazo;
a los polvos que acaban en ceniza y no en magia.

Me encantaría llamarte ahora mismo y decirte que te echo de menos,
susurrarte que mi vida ya no tiene sentido sin ti,
pedirte perdón por la dureza de mis palabras
y por no haberte valorado lo suficiente,
porque desde que te fuiste,
el dicho "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes",
ha cobrado más sentido que nunca
y persiste en mi mente a todas horas,
atormentándome
y recordándome los errores que cometí contigo.

Me encantaría llamarte para decirte que tú eras todo lo que tenía
y que ahora, sin ti,
el vacío es demasiado grande.

Me encantaría llamarte y decirte muchas otras cosas
pero sé que no es mi voz la que quieres oír.

miércoles, 23 de abril de 2014

Olvidar(nos).

No te quiero y no me quieres,
pero no nos dejamos en paz.
Somos amigos con un pasado que no llego a ser,
pero que fue algo. 
A ti no te hace daño,
pero a mí me está matando,
porque me gustaría que dejáramos de hablar,
de ir hacia ningún lado,
de alargar una nada en la que yo ya no quiero estar. 
¿Sabes cuál es el problema?
que no soy sincera. 
Debería aclararme,
decir que ya está,
que no eres lo que quiero
y que yo nunca te voy a importar. 
Lo complicado es que me cuesta olvidarme de lo que no tengo.
Y por eso no me marcho,
por eso aguanto,
por eso me decepciono de no encontrarte,
ni cuando estás delante. 
No dueles,
pero estorbas.
Ni quiero que te quedes,
ni quiero que te marches.
Estás sin estar.

No dejaré una herida en tu vida
y tú no serás una cicatriz más en la mía. 
Llegará un día en el que nos olvidemos
y no nos recordaremos jamás,
no extrañaré tus ojos desde los que me gustaba mirar,
ni tus brazos querrán abrazarme una vez más. 
Y seremos desconocidos en partes distintas del mundo
y besaremos a más gente sin acordarnos de lo que nos hacíamos sentir.
Y las cosas estarán bien
y el mundo seguirá girando,
nosotros tampoco nos quedaremos parados,
porque hay que vivir
y no es verdad que el tiempo cura,
lo que curan son las personas que nos encontramos,
porque un beso puede curar otro
y una sonrisa reemplazará una caricia.

Al fin y al cabo sé que voy a estar bien,
que dejaré de sentirme vacía;
porque parece que todo en mí, te lo has llevado tú. 


sábado, 29 de marzo de 2014

Sola, vacía y perdida.

Me siento vacía, sola, rota, cual muñeca de porcelana hecha añicos.
La vida ya no tiene sentido, los días pasan, monótonos y aburridos.
Nada ni nadie me motiva a seguir adelante, todo a mi alrededor desaparece esporádicamente y solo quedo yo, siendo dominada por mi perturbadora mente.
Me siento inútil, como si no pudiese hacer nada para encontrar un remedio contra lo que me está destruyendo.
Pero ¿qué se puede hacer cuando lo que te está destruyendo es tu propia mente?
Me he dado por vencida, he perdido la batalla contra mi misma y vuelto a caer en el pozo del que intenté salir.
Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. Una sola.
Una llamada, una caricia, algo.
Un indicio de preocupación, de que mi presencia era importante para alguien. De que querían que siguiese viva.
Pero hicieron oídos sordos, se hicieron a un lado. No me escucharon.
Y ahora me encuentro sola y abrumada por la inmensa oscuridad que me rodea, por el frío inminente que me hace temblar.
Pero ¿es realmente el frío lo que me hace temblar? ¿o es quizás el miedo y la desesperación lo que me hace temblar de esa manera?
Pero ¿miedo de qué? ¿De la muerte quizás?
Creía no tenerle miedo a la muerte, pero me equivocaba.
Solía tenerle miedo a la vida, a vivir y a la soledad que eso conllevaría.
Porque ¿acaso no estamos completamente solos? Siempre lo estamos, lo que tenemos y lo que nos rodea nunca es suficiente, siempre queremos más y el deseo de pedir lo que no podemos tener, es lo que nos mata por dentro.
El deseo es lo que nos mata, el deseo de querer ser dueños de algo que no nos pertenece en absoluto.
Nacemos solos y morimos solos, porque la gente no te quiere para siempre, sólo te quieren para un rato.
Y es por eso por lo que le tengo miedo a la vida, porque para sobrevivir en este mundo en el que abundan los humanos incapaces de comprenderse a ellos mismos, hay que reunir el valor suficiente para seguir adelante a pesar de los golpes y de las caídas que la vida se encarga de darnos.
Es demasiado fácil rendirse y darse por vencido, en vez de tener el valor y la valentía suficiente para levantarnos y seguir luchando e intentar llegar al final de la batalla.
Pero en mi caso, la batalla ya está perdida. Luché y peleé, pero me tocó perder.
Los golpes fueron demasiado fuertes y las caídas demasiado duras y no conseguí levantarme, me quedé ahí, esperando algo o a alguien que me ayudase a levantarme, algo que nunca llegó.
Y ahora me encuentro aquí, sola, perdida y muerta en vida, aferrándome al pasado y al recuerdo de aquellas personas, que dijeron quererme y que duraron menos que un suspiro.

martes, 25 de marzo de 2014

Recordándote.

Observo el atardecer
con los ojos llorosos
anhelando tus abrazos
en aquellos días lluviosos

Tus brazos, rodeando mi cintura
tus labios, rozándome el cuello
nuestras manos jugando entre ellas con soltura
tu cabeza, posada en mi pecho.

Ambos susurrándonos lo mucho que nos amábamos
palabras falsas, sin sentido
nos engañamos y esperamos
a que surgiera el amor, donde nunca nada había ocurrido.

Sin embargo, el tiempo hizo de las suyas y me juntó contigo
y ahora me pregunto. por qué te habré conocido
las personas que aman de verdad, no se van, no abandonan la partida
y si lo hacen, vuelven y se arrepienten de su ida.

Tú no me quisiste, simplemente me utilizaste
cual muñeca de trapo, a la que usaste y abandonaste.

Fuiste mi todo, yo fui tu nada
abandoné mi vida por ti y me dejaste destrozada.


domingo, 23 de marzo de 2014

Sonríe.

Sonreír, una de las cosas más bonitas y a la vez más difíciles que existen.
Una sonrisa, con una simple sonrisa cualquiera podría pensar que estás feliz, que no te pasa nada, que no necesitas que alguien te de un abrazo y que te susurre al oído que todo irá bien.
Una sonrisa puede mostrar miles de sentimientos u ocultarlos.
Cuando alguien sonríe, puede hacerlo bien porque está feliz y manifiesta esa felicidad a través de una sonrisa o bien porque quiere ocultar sus sentimientos fingiendo que está perfectamente bien, fingiendo que no le pasa nada.
Sonreír es sin duda, de las mejores cosas que alguien puede hacer cuando está triste, pero ¿de verdad una persona es capaz de sonreír cuando lo único que quiere es llorar o incluso desaparecer por un tiempo?
La gente cree que con decirme 'sonríe' voy a ser capaz de hacerlo, que voy a ser capaz de sonreír en un momento tan difícil pero están equivocados, no es tan fácil como parece.
Es como si me dan un bofetón y dos segundos después tengo que sonreír y hacer como que nada ha pasado. Sería imposible fingir que el golpe no me ha dolido, porque el dolor está ahí, presente, y una sonrisa no sería suficiente para ocultarlo.
Pero ¿sabes qué? Si me levantase y les sonriese a la personas que me han hecho daño, les demostraría que no me afecta en absoluto lo que puedan hacerme o decirme, que soy más fuerte que ellos y que no van poder conmigo.
Por el contrario, si me derrumbase, les demostraría que soy débil y vulnerable e irían a por mi, me darían dónde más me duele, para intentar hacerme más daño aún. ¿y todo eso por no haberles demostrado que no van a poder conmigo? ¿todo eso por no haber sonreído?
Aunque duela, por muy difícil que sea sonreír en ese momento tienes que hacerlo, no puedes llorar y derrumbarte ¿de qué te serviría eso? Haciéndolo solo demostrarías debilidad, te mostrarías vulnerable ante los que quieren hacerte daño y les darías lo que ellos quieren.
Sé que es difícil y en esos momentos cuando el dolor está más presente que cualquier otro sentimiento es muy difícil que saques el valor suficiente como para esbozar una sonrisa pero tienes que hacerlo, por tí, porque eres fuerte y una sonrisa tuya vale más que cualquier crítica o insulto que hayas recibido por parte de gente que no te aprecia ni sabe valorar lo mucho que vales como persona.
Sonríe, por ti, porque te lo mereces.

martes, 18 de marzo de 2014

Tú, simplemente tú.

Sonrisas que contagian
miradas que delatan
Besos que reviven lo que las decepciones matan.

Tu recuerdo y tu sonrisa
perduran en mi mente
y yo no pierdo la esperanza de volver a verte.

Me quedo quieta, delirando
pensando que volverás a mi lado
y que contigo traerás el remedio
a este vacío, que es todo oscuridad y frío.

¿El remedio? Tu sonrisa.
¿La víctima? Yo misma.

Pequeños momentos que crearon una ilusión
en la cuál creí, en la cuál pensé.

Creíste que mi corazón era una estación de trenes
en la cuál podrías entrar y salir cuando quisieses.

Pero en un impulso te dejé marchar, llegué demasiado tarde
y fui la unica desafortunada en no porderte alcanzar;
ahora me encuentro sola, perdida en medio de la estación
esperando a que aparezcas y hagas tu mágica  reaparición.

Quiero perderme contigo
en la inmensidad del mar
o en el azul de tus ojos,
definición de una belleza ejemplar;
y abrazarte cada noche
sintiéndote a mi lado,
susurrarte al oído
que no quiero que me regales tus mejores días,
sino tus mejores noches, conmigo.