martes, 10 de junio de 2014

Princesa de un cuento moderno.

Soy una cenicienta con los tacones llenos de barro
y el pelo enredado,
con un vaso de plástico en una mano,
el corazón roto en la otra
y mil ideas tristes en las que estar pensando.

No soy una de esas princesas que lloran por miedo a ahogarse,
que sueñan sin saber que eso las llevará al fracaso,
que besan a algún que otro sapo
que, más tarde, no recordará ni el sabor de sus labios.

No tengo corona,
sólo  una botella
y muchas heridas escondidas tras la ropa
que esconden secretos custodiados por el silencio
y narran no cuentos,
sino mi historia.

Sólo soy otra chica con las manos temblorosas,
los ojos tristes
y una sonrisa siempre en la boca.