miércoles, 23 de abril de 2014

Olvidar(nos).

No te quiero y no me quieres,
pero no nos dejamos en paz.
Somos amigos con un pasado que no llego a ser,
pero que fue algo. 
A ti no te hace daño,
pero a mí me está matando,
porque me gustaría que dejáramos de hablar,
de ir hacia ningún lado,
de alargar una nada en la que yo ya no quiero estar. 
¿Sabes cuál es el problema?
que no soy sincera. 
Debería aclararme,
decir que ya está,
que no eres lo que quiero
y que yo nunca te voy a importar. 
Lo complicado es que me cuesta olvidarme de lo que no tengo.
Y por eso no me marcho,
por eso aguanto,
por eso me decepciono de no encontrarte,
ni cuando estás delante. 
No dueles,
pero estorbas.
Ni quiero que te quedes,
ni quiero que te marches.
Estás sin estar.

No dejaré una herida en tu vida
y tú no serás una cicatriz más en la mía. 
Llegará un día en el que nos olvidemos
y no nos recordaremos jamás,
no extrañaré tus ojos desde los que me gustaba mirar,
ni tus brazos querrán abrazarme una vez más. 
Y seremos desconocidos en partes distintas del mundo
y besaremos a más gente sin acordarnos de lo que nos hacíamos sentir.
Y las cosas estarán bien
y el mundo seguirá girando,
nosotros tampoco nos quedaremos parados,
porque hay que vivir
y no es verdad que el tiempo cura,
lo que curan son las personas que nos encontramos,
porque un beso puede curar otro
y una sonrisa reemplazará una caricia.

Al fin y al cabo sé que voy a estar bien,
que dejaré de sentirme vacía;
porque parece que todo en mí, te lo has llevado tú.