miércoles, 9 de mayo de 2018

He perdido.

El reloj se para
y con él,
sus afiladas y amenazadoras agujas
que controlan meticulosamente el tiempo
que pasamos tu y yo,
al que burlamos
por no sentirlo deslizarse entre nosotros,
con la fugacidad de un recuerdo
o de un suspiro,
tuyo.

Ahora es él quien me burla a mí,
aplastándome con las horas
que antes pasaba a tu lado,
trasformándolas en interminables
e irremediables segundos
que paso contemplando el techo
de (nuestra) habitación,
donde tanto sueños rotos
y esperanzas perdidas
se hallan esperando ser cumplidas;
algún día,
ojalá.

He retado a un duelo a tu recuerdo
porque no soporto que tu sombra
me persiga hasta altas horas de la noche,
recordándome que ya no estás,
pero ella sí,
siendo la viva imagen de la dulce belleza
que irradiaban esos ojos verdes,
que un día,
cautivaron todos mis sentidos
y a mi misma
y me debo un pésame por ello;
he perdido.

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