Mírame;
clava tu pupila en la mía,
pero no durante mucho tiempo que me sonrojo
aunque estos hijos de puta
perdón, mis ojos
griten frenéticos
por mirarte otra vez.
Sonríeme;
que de entre esas mil y una sonrisas
que contemplo en ti cada día,
una de ellas pronuncie un te quiero
en silencio,
en verso,
o en beso.
Abrázame;
rodéame con tus brazos
y no me dejes escapar,
que aunque dicen
"aquello que es bonito no perdura"
yo no pienso irme jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario